jueves, 16 de marzo de 2017

"Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento" Albert Einstein

Hoy me ha tocado enfadarme, sacar mi ira, y cabrearme... Y es que realmente no entiendo que a  mi ignorancia no la termina de arrancar mi coherencia. Estoy cansada de escuchar falsos compromisos, y falsas relaciones que no van a nada. Así que no me queda de otra que mirarme en que no me comprometo conmigo misma, ya que mis hermanos me recuerdan que mi realidad exterior es la falta de compromiso.
Yo recuerdo que hace unos años, que simplemente me cambiaran planes o llegaran tarde me molestaba y me hacía entrar en modo "diablo de tasmania" pero... ¡esto parece más de lo mismo! 
¿Tan difícil es comprometerse con uno mismo, en que nuestra palabra sea solo una, y llevar a cabo en lo que nos comprometemos? 
Reconozco mi realidad, y observo con paciencia que hay algo más, algo que tengo que superar, aprender y "aceptar"... pero como tengo mi "derecho al pataleo" ¡hoy estoy furiosa!
No es suficiente con las pequeñas "putaditas" con las que me enfrento día a día, el no conseguir encontrar mi sitio, el sentirme más perdida que "el barco el arró"... ¡NO! a eso se le suman las realidades que llevo experimentando este tiempo, de personas que se comprometen en hacer algo, y luego no hacen nada... ¿tan difícil es ser un poquito más coherente para que estemos todos un poquito más relajados?
Sé que es fácil enfadarse, y que lo realmente difícil es elegir la persona, las palabras y el momento adecuado, por eso en mi experiencia he sabido posponer según que charlas pendientes, para relaciones en que las palabras que se puedan decir no son las adecuadas, básicamente porque no es para tanto y no soy de hacer daño gratuito... Pero cuando una persona en mis zapatos encuentra muchos impedimentos, y empiezan a afectarle según que comportamientos, yo termino la relación por lo sano, no sin antes hablar las cosas.
A mi me causa molestia realmente, que hoy en día se vaya al interés, se cuente con el tiempo de los demás como si no fuese importante, y a última hora cambien a su conveniencia. Vivimos una era de la inmediatez, el placer rápido, y lo que realmente me preocupa... no le damos importancia a la palabra ni a las personas que se prestan y están ahí por nosotros.
Me gustaría hacer una llamada a la coherencia, la empatía y empezar a pensar un poquito en lo que los demás pueden sentir por nuestra acciones, palabra y circunstancias. Deberíamos recordar algo tan esencial como "no hagas al otro lo que no te gustaría que te hiciesen". Ésta era está llena de superficialidad y vacía de entidad, del ser y estar, de poder contar con alguien cuando realmente necesitas ayuda, apoyo y amor.
Y sí, estoy en uno de esos días que mandaría al carajo a más de un@, y lo he hecho vamos... y me he quedado muy a gusto¡¡ Debemos aprender a poner límites, no dejar que nos usen, es conveniente saber decir NO, ya que todo lo que se hace se puede convertir en obligación por el mero hecho de hacerlo, y si no lo haces te conviertes en el "malo"... A mi me ha pasado, y sinceramente, alguien que te trate así, y no recuerde todo lo bueno que haces, no merece pertenecer a tu día a día, sino te aprecia porque nosotros tenemos un valor infinito, al igual que cualquiera de nuestros hermanos.

Mil gracias Universo y mil gracias a ti por leerme.