Hoy quiero compartir MI sentido de la orientación perdido, MI no saber que está pasando, MI "me importa todo un carajo", MI lo tenía todo perfectamente "controlado" y ahora soy incapaz de controlar nada, etc.
No es la primera vez que me pasa, y es que confieso que llevo una racha de "sobrecontrol" en todo, y eso pasa factura. Cuando nos sometemos a periodos de desgaste, necesitamos periodos de "soltar" el control. El otoño es el periodo perfecto para ello, es un periodo de transición entre el cálido y acelerado verano contra el periodo metálico y de calma invernal.
Hay que fluir con las estaciones, permitir que los cambios se produzcan, aceptar la situación actual, entregarse en comunión con uno... Y es que en el periodo de más incertidumbre, es donde se fraguan los cambios para poder seguir en evolución interna. Reconozco que no tengo apego por nada, si hay que ir se va, si hay que romper relaciones, circunstancias o empresas, que se produzca, me llena de gozo.
Hoy siento que todas las ilusiones, energía y tesón en conseguir las metas y proyectos que se están cumpliendo, han dado su fruto, que hay que reinventarse día a día, pero sin olvidar la coherencia interna. Saber interpretar las señales físicas, mentales y emocionales es importante para perseguir y conseguir la coherencia pero sin juzgar. El juicio te somete a un bucle sin fin, de crítica y victimismo. Por eso hoy puedo decir: "me siento perdida, pero me da igual, acepto el regalo que hoy se me da, y no voy a luchar contra mi, me entrego a lo que acontece, espero pacientemente y con fe los cambios que se avecinan". Quizás pueda sonar negativo, quizás pueda parecer que me he rendido... Pero es todo lo contrario, acepto que mi energía, y mi cambio se produce para dar a luz a algo mayor, algo enriquecido, merecido, sea cuál sea el objetivo o misión personal, lo acepto.
Así que cuando tengas que parar, para, pero solo para recuperar aliento y seguir en el flujo universal, la vida sigue. No te aferres al movimiento frenético, tal solo respira, sigue respirando, sin forzar nada, relaja tu cuerpo, oye tu respiración, como tu sangre es bombeada por tu corazón sin que tú hagas nada, y entonces entenderás que vivir es el mayor regalo que podemos tener, conecta con la tierra, con el sol, e incluso con el movimiento de las olas, somos materia con la chispa esencial, úsala para dar el rumbo a tu ser, no para ponerte obstáculos
Así que cuando tengas que parar, para, pero solo para recuperar aliento y seguir en el flujo universal, la vida sigue. No te aferres al movimiento frenético, tal solo respira, sigue respirando, sin forzar nada, relaja tu cuerpo, oye tu respiración, como tu sangre es bombeada por tu corazón sin que tú hagas nada, y entonces entenderás que vivir es el mayor regalo que podemos tener, conecta con la tierra, con el sol, e incluso con el movimiento de las olas, somos materia con la chispa esencial, úsala para dar el rumbo a tu ser, no para ponerte obstáculos
Mil gracias Universo, y gracias a ti por leerme.